- 500 g de costillar de cerdo
- 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra
- Sal y pimienta al gusto
Para la salsa agridulce:
- 1 cebolla pequeña picada
- 1 diente de ajo picado
- ½ cucharadita de ajo en polvo
- ½ cucharadita de cebolla en polvo
- ½ cucharadita de comino en polvo
- 1 cucharadita de pimentón dulce
- 1 cucharada de mostaza Dijon
- 2 cucharadas de vinagre de manzana
- 100 ml de tomate triturado
- 100 ml de agua
- Sal y pimienta al gusto
- Sazona con sal y pimienta. En una sartén con aceite de oliva, márcalas 3-4 minutos por cada lado hasta que estén doradas.
- En la misma sartén sofríe cebolla y ajo hasta dorar. Añade las especias, la mostaza, el vinagre, el tomate y el agua. Cocina 10 minutos a fuego lento hasta espesar.
- Precalienta el horno a 180 °C. Coloca las costillas en una bandeja, cúbrelas con la salsa y hornea 20-25 minutos, bañándolas a mitad de cocción.
- Deja reposar unos minutos antes de servir con puré de patatas, arroz o ensalada.
- Marina las costillas en la salsa durante una hora antes de hornearlas para intensificar el sabor.
- Si prefieres un toque más dulce, añade una cucharadita de miel a la salsa.
- Para un acabado brillante, pinta las costillas con su jugo al final de la cocción y gratina 3 minutos.
El cerdo es una excelente fuente de proteínas de alta calidad, hierro y vitaminas del grupo B, especialmente B12 y niacina, esenciales para el metabolismo y la energía. Su contenido graso moderado, especialmente si se elige costillar magro, ayuda a mantener el sabor y la jugosidad sin exceso de calorías.
Hidratos 15 g
Proteínas 38 g
Grasas 46 g
Fibra 2 g








