Los níscalos al ajillo con huevo frito son uno de esos entrantes sencillos, tradicionales y absolutamente irresistibles que triunfan en cualquier mesa cuando llega la temporada de setas. Su sabor intenso, la textura carnosa y la combinación con el huevo frito convierten este plato en un bocado perfecto tanto para una comida informal como para acompañar un menú más elaborado. Además, se prepara en pocos minutos y no requiere técnicas complicadas, por lo que es ideal incluso si no tienes mucha experiencia en cocina.

En esta receta utilizamos níscalos frescos, una de las setas más apreciadas del otoño por su aroma profundo y su capacidad para absorber los sabores del ajillo y el vino blanco. Al saltearlos a fuego vivo, conseguimos que se doren ligeramente y concentren su sabor, creando una base deliciosa que combina a la perfección con los ajos fileteados. El toque de vino blanco ayuda a potenciar el aroma natural de las setas y aporta un matiz equilibrado, mientras que el orégano suma un punto aromático sin restar protagonismo al ingrediente principal.

El huevo frito, colocado encima justo antes de servir, aporta cremosidad y un contraste perfecto con el salteado de níscalos. Al romper la yema, forma una salsa natural que mezcla todos los sabores, dando como resultado un plato sencillo pero lleno de matices. Esta receta es también muy versátil: puedes servirla como tapa, como entrante o incluso como acompañamiento para carnes o arroces.

Si buscas una receta económica, rápida, saludable y llena de sabor, los níscalos al ajillo con huevo frito son una opción perfecta. Además, aprovechando la temporada de setas, podrás disfrutarlos con su máximo sabor y al mejor precio.

Info. nutricionalAlérgenosx
Energía 255 Kcal
Hidratos 8 g
Proteínas 12 g
Grasas 20 g
Fibra 0 g
Huevos
Huevos
  • 300 g de níscalos frescos
  • 4 dientes de ajo fileteados
  • 125 ml de vino blanco
  • Una pizca de orégano seco
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal y pimienta al gusto
  • 2 huevos
  1. Limpia los níscalos con un paño húmedo o cepillo y córtalos si son grandes.
  2. Calienta aceite en una sartén y saltea los níscalos 5-7 minutos hasta dorarlos.
  3. Añade los ajos fileteados y cocina 2-3 minutos más sin que se quemen.
  4. Vierte el vino blanco, evapora el alcohol y añade orégano, sal y pimienta. Cocina 2-3 minutos.
  5. Fríe los huevos en otra sartén dejando la yema líquida.
  6. Sirve los níscalos y coloca un huevo frito encima. Añade una pizca de sal final.
  • Rompe la yema justo al servir y mezcla ligeramente para que la salsa natural envuelva las setas.
  • Saltea los níscalos a fuego medio-alto para que se doren sin soltar demasiada agua.
  • Añade los ajos siempre después de dorar las setas para evitar que se quemen.
  • Si quieres potenciar el sabor, añade un chorrito extra de vino o un toque de pimentón dulce.

Los níscalos, también conocidos como robellones, son una de las setas más tradicionales de la gastronomía española. Muy apreciados en zonas como Cataluña, Aragón y Castilla, suelen cocinarse con ajo, perejil o embutidos. Su recogida forma parte de la cultura micológica otoñal, especialmente en bosques de pino.

Preguntas frecuentes sobre Níscalos al ajillo con huevo frito

Límpialos con un paño húmedo o un cepillo suave. Evita sumergirlos en agua para mantener su sabor y textura.

Sí, sustituye el vino por un poco de caldo de verduras o de pollo. El resultado será igualmente sabroso.

Funcionan muy bien con pan tostado, carnes a la brasa, arroces secos o como parte de un menú de tapas.

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