Las costillas con miel y mostaza son un plato irresistible donde la jugosidad del cerdo se mezcla con una salsa dulce, ligeramente ácida y especiada. Esta receta es perfecta para sorprender en casa, ya que combina ingredientes sencillos con una elaboración práctica. Solo requiere tiempo de cocción para que la carne quede tierna, suave y cargada de sabor. El contraste entre la miel caramelizada y la fuerza de la mostaza antigua convierte estas costillas en una receta muy versátil, ideal para comidas familiares, barbacoas o cenas informales con amigos.

 

 

Info. nutricionalAlérgenosx
Energía 590 Kcal
Hidratos 22 g
Proteínas 41 g
Grasas 29 g
Fibra 1 g
Dióxido de azufre y sulfitos
Dióxido de azufre y sulfitos
Mostaza
Mostaza
  • 400 g de costillas de cerdo troceadas
  • 2 cucharadas de mostaza antigua
  • 4 cucharadas de miel
  • 1 cucharada de ajo en polvo
  • 250 ml de vino blanco
  • Cebollino picado
  1. Sofríe las costillas en una sartén con un chorrito de aceite hasta que estén bien doradas.
  2. Añade la mostaza antigua, la miel y el ajo en polvo. Mezcla bien y cocina durante 2 minutos.
  3. Incorpora el vino blanco con el fuego al máximo y deja que evapore el alcohol.
  4. Cubre las costillas con agua y cocina durante 1 hora aproximadamente a fuego medio-alto.
  5. Rectifica de sal y pimienta al gusto.
  6. Sirve con cebollino picado por encima.
  • Para un sabor más intenso, añade unas gotas de salsa de soja a la mezcla de miel y mostaza antes de cocinar.
  • Marina las costillas en la mezcla de miel y mostaza durante unas horas antes de cocinarlas para potenciar el sabor.
  • Si prefieres un acabado más crujiente, hornea las costillas 10 minutos a 200 ºC antes de servir.
  • Acompaña con patatas gajo, arroz o verduras al vapor para completar el plato.

Preguntas frecuentes sobre Costillas con miel y mostaza

La mostaza antigua aporta textura y suavidad; la Dijon intensifica el sabor picante. Ambas son válidas según tu preferencia.

Cocinándolas a fuego lento y constante o marinándolas previamente durante 6-8 horas en la nevera.

Patatas asadas, arroz blanco, ensaladas frescas o verduras salteadas son opciones perfectas.